sábado, 18 de abril de 2009

¿Quién soy?

Un enigma para mí mismo. Una incógnita que sólo aparece parcialmente y sin avisar. Una cápsula porosa que se desborda sin remedio. Red vacía que ama la sensación catártica que provoca el impulso total de sus voliciones. Abismo que sólo se apacigua devorándose a sí mismo consumiendo intensamente sus deseos. Una bestia fantasiosa que con la mirada se viste de alebrije, y que con la lengua, lame sus ojos para sanar el ardor que suscita la plétora de imágenes bellas, imágenes que se cuelan por su embudo visual desgarrando cualquier aspiración de unidad. Una multiplicidad que se revuelca en el fango de lo mágico, de lo místico, de lo que sólo es poesía encantadora, de lo que se ubica entre la objetividad sonora de sus pronunciaciones y la subjetividad hermenéutica de las representaciones seductoras que indica. Una multiplicidad que no es una sino plural. Pluralidad por lo demás, basada en la sólida firmeza de la nada.